En el primer número de esta revista Julio Rogero ya escribió su artículo “Parla, ciudad educadora” en la línea de caminar rumbo a entender y transformar nuestra ciudad, Parla (el lugar donde vivimos, trabajamos, nos formamos, nos relacionamos…) en una Ciudad Educadora. Decía en aquel artículo que “Parla puede ser la ciudad que queremos y que quieren cada vez más sus ciudadanos: una sociedad habitable, sostenible, convivencial, acogedora, con identidad propia…, y para que esto sea posible nuestra ciudad tiene que ser educadora en todos los ámbitos de la vida ciudadana…”. Y también: “Quizás hay que comenzar por pocas cosas, pequeños encuentros, sencillos proyectos que vayan implicando cada vez a más personas, organizaciones y administraciones para comenzar a asentar la construcción de esa ciudad educadora que queremos”.
En este sentido, desde el CREP (Colectivo de Renovación Educativa de Parla) queremos dar un paso más, situándonos en el propio marco que define la “Carta de Ciudades Educadoras” e imaginándonos habiendo alcanzado el objetivo de serlo. Porque ser una ciudad educadora no es el final, sino el camino que nos conduce a un horizonte que se alcanza desde el mismo momento en el que empezamos a caminar, pero que abandonamos cuando dejamos de conducirnos a él. Es decir, que podría parecer un objetivo inalcanzable y muy difícil de asumir, cuando es justamente lo contrario. Siendo conscientes de este transitar ya estamos siendo ciudad educadora. Por ello, nos lanzamos a crear una nueva sección en CREPitar que lleve por nombre precisamente “Parla, ciudad educadora”, en homenaje a ese primer texto que con el que Julio Rogero inauguró esta revista, hablándonos de un proyecto ilusionante que a todas las personas que formamos parte de este colectivo nos unió en una visión común, y fortaleciendo aquella idea que nos anticipaba de que la educación tiene que estar profundamente arraigada en el territorio al que pertenece la Comunidad Educativa y ser transformadora del mismo. Con esta sección pretendemos ir recogiendo ideas y propuestas para avanzar por este camino de la ciudad educadora, juntas y juntos.
Sin embargo, somos conscientes de que en las sociedades modernas no es suficiente con desear y comprometernos con algo, sino que es imprescindible concretarlo en acciones y desarrollar las estructuras legales que nos indiquen el camino. Por ello, en este primer texto dedicado a “Parla, ciudad educadora” nuestra propuesta es muy sencilla:
Instamos a las autoridades parleñas implicadas, la Concejalía de Educación y Alcaldía, a formalizar los procesos legales que nos comprometen a caminar en la idea de convertir a Parla en una Ciudad Educadora.
El procedimiento tiene dos fases: la legal y la del compromiso.
La fase legal es la más sencilla, porque tan sólo requiere de un sencillo trámite: la firma del Alcalde y el Concejal de educación de un documento que les compromete a pagar una cuota anual para formar parte de las Ciudades Educadoras y adscribirse a la Carta de Ciudades Educadoras.
La del compromiso es quizás la más difícil, porque nos sitúa en el marco ideológico, que es el que señala la Carta de Ciudades Educadoras y ante la perspectiva de desarrollar acciones que la cumplan de facto. Es una carta abierta a modificaciones futuras, que define los objetivos y valores que deben regir las actuaciones de una ciudad que se viva a sí misma como Ciudad Educadora. Es una carta que no compromete legalmente, pero que establece el marco para que la ciudadanía pueda reivindicar los principios y valores que se recogen en ella, que se configuran a partir de los Derechos Humanos y los Derechos de la Infancia. Consideramos que Parla ya ha iniciado el camino hacia una ciudad educadora, y que ya está trabajando en buena parte de los principios y valores que la identifican como tal, pero es necesario formalizar el compromiso de continuar en esta línea.
La carta se concreta en veinte principios estructurados en tres ámbitos: el derecho a la ciudad educadora, el compromiso de la ciudad y el servicio integral de las personas.

- En el ámbito de “El derecho a la ciudad educadora” se establecen cinco compromisos: facilitar una educación inclusiva a lo largo de la vida; plantear políticas educativas amplias de carácter transversal e innovador (incluyendo tanto las modalidades de educación formal, como no formales e informales); promover la educación en la diversidad y la no discriminación; el derecho de todas las personas al acceso a la cultura (especialmente las de mayor vulnerabilidad) y fomentar el diálogo intergeneracional a través de la búsqueda de proyectos comunes.
- El compromiso de la ciudad hace referencia a ocho principios: realizar estudios de forma permanente para obtener un análisis certero y actualizado de lo que sucede en el territorio para comprender las necesidades existentes; de garantizar el acceso de la información a todos los habitantes y animarles a ejercer su derecho a estar informados combatiendo en todo momento la llamada brecha digital; de construirse desde el paradigma de la co-gobernanza en la que instituciones y ciudadanía cooperan en el diseño y avance del proyecto de ciudad; de evaluar de forma continua el impacto de educativo, social y económico de las políticas municipales; de saber encontrar, preservar y presentar su propia, compleja y cambiante identidad y poner en valor el patrimonio tangible e intangible y la memoria histórica que le confiere su propia singularidad; de ordenación de un espacio público atendiendo las necesidades de accesibilidad, cuidados, salud, encuentro, seguridad, juego, esparcimiento y la conciliación de la vida familiar, personal y laboral; de adecuar los equipamientos y servicios públicos en base al desarrollo y bienestar personal, social, moral y cultural de sus habitantes; de atender a la condición ecodependiente de la vida humana y los límites físicos del planeta, comprometiéndose con la satisfacción de los derechos y libertades que permiten tener una vida digna de una forma sostenible.
- El servicio integral de las personas se articula en siete principios: velar por el crecimiento integral y saludable de todas las personas; potenciar la formación de todos los agentes implicados en la Comunidad Educativa (formal, no formal e informal); orientar y facilitar la inserción laboral; desarrollar políticas contra los variados mecanismos de vulneración de derechos, exclusión y marginación; potenciar una visión de corresponsabilidad por parte de las distintas administraciones en materia de desigualdad; promover la participación activa y la corresponsabilidad cívica de la población a través del asociacionismo y/o el voluntariado; y ofrecer a toda la población formación en valores y prácticas de ciudadanía democrática que fomenten el respeto, la tolerancia, la participación, la responsabilidad, el interés por lo público y el compromiso con el bien común.
En resumen, queremos que Parla inicie el recorrido legal, estableciendo con ello el compromiso de sus gobernantes a continuar recorriendo juntos y juntas este camino ilusionante que puede hacer de nuestra ciudad un lugar mucho mejor donde vivir.
